Un calor que parece que ha empezado pronto

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Ya casi a finales de abril vemos como el calor parece estar abriendo ya la puerta para quedarse, quienes somos muy calurosos la verdad que le tememos un montón ya que sabemos que cuando empieza tan pronto es porque se va a quedar mucho tiempo con nosotros. Sobre todo cuando se vive en una zona en la que pega muy bien como es en Córdoba, quien la haya visitado alguna vez estará conmigo a que no existe una ciudad igual, preciosa como sola y con un color especial como dice la canción de los del río hablando de su Sevilla natal. Aún recuerdo la primera vez que llegué, no nací en ella pero cada día siento como poco a poco se va convirtiendo en mi ciudad natal siempre sin olvidar de donde vengo, por supuesto me quedé por amor a mi marido que es cordobés y a esta preciosa ciudad de la que me enamoré la primera vez que la vi.

Recuerdo que nos fuimos a vivir a un piso pequeño, muy pequeño era lo único que podíamos pagar entre los dos, era un tercero sin ascensor por lo que a diario hacíamos todo el ejercicio del mundo, no nos hacía falta apuntarnos a ningún gimnasio. Claro cuando el calor decía de llegar justo como ahora ese piso se convertía en un verdadero horno, aún teniendo todo bajado pasábamos las de Caín, no había ni quien respirase ni siquiera bien, cuando veníamos del trabajo o de hacer la compra después de subir los tres pisos debíamos meternos a la ducha para refrescarnos un poco. Ahora entendemos muy bien porque resultaba tan barato el dichoso piso, claro de momento no teníamos intención alguna de mudarnos por lo que tuvimos que buscar una solución lo antes posible o seguro que no pasamos de ese verano, por más ventiladores que compramos era imposible el aire se removía en la habitación y creo que hacía incluso mucho más calor, así que una tarde nos pusimos a buscar un aire acondicionado por conductos precio y a comparar para ver cuál era el que se acercaba a nuestro presupuesto, recuerdo que nos lo pusieron un viernes por la tarde y que ese fin de semana no salimos a la calle para nada. Hoy en día las cosas han cambiado y vivimos mucho mejor, pero nunca olvidaré ese pequeño piso en el que pasamos penurias, eso sí pero también cosas muy buenas como la compra de nuestro aire acondicionado.